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Edición nº41 | Miércoles, 06 de julio de 2016  |  Hemeroteca
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EN EL COLEGIO
PRESENTA DIFERENCIAS RESPECTO AL TDAH
Pautas para ayudar a los alumnos con trastorno del aprendizaje no verbal
El TANV se caracteriza por alteraciones neuropsicológicas que afectan a las funciones del hemisferio derecho

Sandra Melgarejo. Madrid
El trastorno del aprendizaje no verbal (TANV) es un cuadro de dificultades caracterizado por alteraciones neuropsicológicas que afectan, sobre todo, a las funciones del hemisferio derecho, mientras que las funciones relacionadas con el lenguaje están intactas e, incluso, más desarrolladas que los niños de su edad. “Los niños que lo padecen no son lentos o vagos porque sí, tienen una dificultad neuropsicológica que les hace actuar así, aunque intentan compensar estos problemas con los puntos fuertes que poseen”, ha explicado Jesús Jarque, pedagogo y orientador educativo, quien ha participado en la V Jornada de TDAH de la Asociación Familiar de Afectados con Niños con TDAH de Fuenlabrada (Afantdah).

Las características más significativas que suelen tener los niños con TANV son dificultades de la coordinación psicomotora, dificultades de orientación y estructuración espacial, y dificultades de comunicación e interacción social. Sin embargo, entre sus puntos fuertes Jarque ha destacado que “suelen tener un vocabulario muy amplio y preciso, tienen una buena capacidad de razonamiento lógico verbal, aprenden contenidos complejos, no suelen tener problemas de ortografía, tienen una buena capacidad de cálculo mental y tienen buena memoria auditiva”.

Los niños que tienen TANV y los que tienen TDAH comparten algunos rasgos: necesidades educativas que requieren una respuesta que pasa por medidas de adaptación y de estimulación de sus aspectos más deficitarios; y necesidades emocionales, ya que experimentan con frecuencia la sensación de frustración y fracaso.

No obstante, se trata de trastornos diferentes que se expresan de forma distinta en el ámbito escolar. Como ha explicado Jarque, “los alumnos con TDAH tienen un rendimiento escolar peor porque las dificultades atencionales y la impulsividad afectan a casi todas las materias y actuvudades”. Por su parte, los escolares con TANV suelen tener mal rendimiento en tareas de orientación espacial y de lápiz y papel, pero destacan en Lengua, Matemáticas, Lengua extranjera y Ciencias cuando se les permiten otros formatos que no sean solo el escrito. Así, los profesores suelen definir a los niños con TDAH como “despistados e inquietos” y a los niños con TANV como “lentos o vagos porque, cuando quieren, su rendimiento es muy bueno”.

Pautas para los profesores

Jarque ha señalado diez pautas que los profesores de Educación Primaria y Secundaria pueden llevar a cabo en el aula. La primera, por supuesto, es conocer el TANV. Después, serán capaces de poner en práctica otras rutinas, como elegir un tipo de cuaderno y de pauta para escribir que facilite la labor al alumno: “En general, parece que los niños con TANV se manejan mejor en cuadernos encuadernados con grapas de tamaño A5 y con hojas de una sola línea”, ha detallado el pedagogo.

El siguiente consejo es controlar la cantidad de deberes, ya que un alumno con TANV “tarda casi el triple de tiempo que sus compañeros en hacer la misma tarea”. Permitirles que no copien los enunciados es una buena forma de evitar una sobrecarga de tiempo y trabajo que “no es productiva”, ha afirmado. Ofrecerles pistas visuales en la hoja (líneas de margen, guiones donde iniciar la escritura, enmarcar espacios para hacer operaciones…) también les ayuda a orientarse en el cuaderno. Además, no todo tiene que estar escrito a mano, sino que pueden utilizar un ordenador para determinados trabajos en lo que lo importante es el contenido, no la caligrafía: redacciones, resúmenes…

Como, desgraciadamente, los alumnos con TANV obtienen calificaciones inferiores al conocimiento y al trabajo que desarrollan, adaptar la evaluación para evitar las pruebas escritas y cambiarlas por preguntas tipo test o concederles más tiempo les ayuda a mejorar su rendimiento. Asimismo, la evaluación oral les permite demostrar mejor sus aprendizajes y competencias.   

Otra de las características del TANV es la dificultad para entender expresiones con doble sentido, ironías y metáforas, pero el profesor no tiene por qué dejar de utilizarlas, sino asegurarse de que el alumno las entienda. Por último, Jarque ha recomendado usar la metáfora de las gafas para explicar la necesidad de aplicar estas pautas: “Nadie discute que el uso de gafas vaya en contra de la igualdad de condiciones. Las medidas de adaptación propuestas procuran poner a los niños con TANV en condiciones similares a los demás alumnos para darles la oportunidad de seguir aprendiendo”.

 

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